Se dice que cuando un ser humano reza, él habla y el cielo escucha. Pero cuando un ser humano medita, él escucha y el cielo habla.
La meditación es una herramienta fundamental para encontrar la paz en muchos sentidos. Si la practicamos diario aunque sea 10 minutos al día, poco a poco nuestro estrés irá disminuyendo y nuestro cerebro activará con más frecuencia el lóbulo frontal izquierdo que es donde se experimenta la felicidad, la satisfacción, un abrazo amoroso, etc.
Para investigar los beneficios de la meditación existen muchísimos tipos de archivos, blogs, libros y demás fuentes de información. Pero cuando yo empece a meditar, recuerdo que todos estos medios me decían “Meditar es dejar de pensar en absoluto” y claro que me parecía imposible. Llegaba, prendía alguna vela o incienso, ponía música especial para meditar y de ahí sólo me entraba mucha angustia de que no sabía cómo apagar mi cerebro. Algún tiempo después descubrí que meditar no es apagar el cerebro, sino que con concentrarnos en una sola cosa estamos meditando.
Mi recomendación es que se enfoquen en la respiración, sólo piensen en cómo entra y sale el aire desde nuestra panza y como se oxigena todo nuestro organismo. Cada vez que llegue una imagen que no sea su respiración a la cabeza (es normal que lleguen muchas veces), recuerden que deben poner atención sólo a la respiración y no se enojen consigo mismos, al contrario, alégrense de que han sido conscientes de que estaban interrumpiendo su meditación y regresen a ella.
Los invito a hacer de la meditación un hábito y un estilo de vida, hasta la fecha no he encontrado un sólo caso donde esta práctica haya perjudicado a alguien, es más, no he encontrado a nadie a quién el meditar constantemente no haya ayudado.
Los veintes de mis 20 